ZARAGOZA EN LA MEMORIA

Hubo una época en la que todo era en blanco y negro. Hasta las novias llevaban ese color. En 1920 el Paseo de la Independencia lucía como en esta foto. Las mujeres llevaban en los cafés mantones de Manila y vestían sus mejores galas para ir por el paseo.

Los jóvenes paseaban por él separados por sexos. Las faldas se llevaban por debajo de la rodilla y era imprescindible llevar tocado. Había que vestir con elegancia pero sobre todo con decoro.

Pero volvamos a las novias:

Cuando los novios decidían casarse se reunían las dos familias en casa de la novia, se fijaba la fecha de la boda y después de la cena se procedía a lo que llamaban «las vistas», que era el dinero que el novio daba a su futura esposa para comprarse el vestido de novia, de color negro y cómo mucho azul marino. Los pudientes o gente con dinero aunque no eran muchos vestían a sus novias de blanco. La novia regalaba la camisa del novio o la corbata.

Cómo no existían las tarjetas de boda se procedía a lo que se llamaba el «avisijo», vamos que se avisaba a todos los invitados casa por casa y personalmente.

Y aunque no podáis creerlo los invitados se llevaban sus cubiertos…si ¡cada uno el suyo! les ponían una marca para distinguirlos.

¡Los tiempos cambian tanto que de vez en cuando hay que mirar atrás para valorar nuestro día a día y rememorar el de nuestros antepasados!

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